Kotaku: Vendida a Keleops, o cómo enterrar un cadáver con estilo

En un giro de los eventos que nadie pidió ni necesitaba, Kotaku, el sitio web que alguna vez fue un faro de periodismo gamer (o al menos eso decían), ha sido vendido a Keleops, una compañía de medios suiza, en un trato en efectivo que huele a desesperación y a decisiones tomadas en pánico. Porque, ¿qué mejor manera de salvar a un sitio en declive que venderlo a una empresa europea que probablemente no tiene idea de lo que está comprando?

Esta transacción llega mientras G/O Media, el antiguo propietario de Kotaku, continúa su liquidación masiva, quedándose ahora con solo The Root, un sitio que cubre cultura y noticias afroamericanas, que bien podría ser un bote salvavidas en una flota que se hunde. Porque nada grita “éxito” como reducir tu portafolio a un solo sitio mientras el resto se desmorona.

Keleops, que también posee Gizmodo, está apostando fuerte al mercado estadounidense, presumably porque creen que los americanos son lo suficientemente ingenuos como para caer en la irrelevancia decreciente de Kotaku. ¿O tal vez piensan que pueden revivirlo con un poco de magia suiza? Spoiler: no lo harán. Mantener al personal editorial de Kotaku y contratar más talento senior es una decisión tan risible como pensar que un Titanic con parches puede navegar de nuevo. Después de todo, ¿qué ha hecho Kotaku últimamente además de generar controversias y perder lectores?

Esta venta es parte de una tendencia más amplia donde las compañías de medios están desesperadas por deshacerse de activos mientras el mercado publicitario se encoge y las preferencias de los consumidores cambian. Es como si estuvieran jugando al juego de las sillas musicales, pero en lugar de música, hay una banda sonora de pánico y decisiones cuestionables.

La historia de fondo aquí está llena de ironía: Kotaku, fundado en 2004 como parte de Gawker Media, ha visto múltiples cambios de liderazgo y controversias, incluyendo el despido de editores y renuncias debido a disputas sobre la dirección del contenido. Porque nada dice “estabilidad” como un sitio web que no puede decidir si quiere ser un refugio para gamers o un campo de batalla para guerras culturales.

La venta coincide con el cierre de USAID, lo que ha llevado a algunos a especular sobre subsidios ocultos y el fin de una era “woke” en los medios, aunque esta conexión es más una teoría de conspiracy que un hecho. Porque, claro, culpar a una agencia de desarrollo internacional por la caída de Kotaku es tan lógico como culpar a los extraterrestres por el tráfico.

El CEO de Keleops, Jean-Guillaume Kleis, claims que Kotaku es “un activo valioso” con “un legado inimitable”. Claro, si por “legado” te refieres a años de artículos polarizantes y una base de lectores que se reduce como un glaciar en el Ártico. Y si por “valioso” te refieres a un activo que probablemente será vendido de nuevo en un par de años cuando Keleops se dé cuenta de que han comprado un elefante blanco.

En el último año, Kotaku ha sido testigo de una ola de despidos que refleja su declive. Se estima que alrededor de 23 empleados fueron despedidos en noviembre de 2023, una medida que G/O Media justificó como necesaria debido a “los vientos económicos adversos”. Pero detrás de estos números hay historias de activismo extremo, artículos ridículos y comportamientos cuestionables que llevaron a la salida de figuras como Alyssa Mercante, una ex periodista de Kotaku conocida por su activismo y por generar controversias.

Mercante, quien solía ser una editora senior en Kotaku, fue despedida o dejó el sitio en noviembre de 2024, dependiendo de a quién le creas. Su salida fue precedida por una serie de incidentes que incluyeron artículos que muchos consideraron ridículos, como defender a Sweet Baby Inc., una compañía acusada de promover una agenda “woke” en la industria del gaming. Mercante no solo escribió piezas que alienaron a gran parte de la comunidad gamer, sino que también fue acusada de acosar a personas en línea, incluyendo a youtubers con hijos, y de doxxear a otros, exponiendo información personal de manera irresponsable. Su comportamiento fue tan problemático que incluso otros en la industria comenzaron a cuestionar su profesionalismo.

Estos despidos no son aislados. Kotaku ha visto salir a varios de sus talentos más controvertidos, como Jason Schreier, quien dejó el sitio en 2020 citando problemas con la dirección de G/O Media. Sin embargo, el caso de Mercante es particularmente notable debido a su activismo militante y su unwillingness to engage with criticism, lo que llevó a muchos a ver su salida como un alivio para un sitio que ya estaba luchando por mantener su credibilidad.

En resumen, esta venta no es más que un capítulo más en la saga de Kotaku, un sitio que parece destinado a vagar eternamente entre la irrelevancia y la controversia. Mientras tanto, G/O Media se reduce a The Root, y Keleops se prepara para una aventura estadounidense que probablemente terminará en lágrimas. Porque en el mundo de los medios, a veces lo único que queda es reírse de la absurdidad de todo.

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