Porque si Mussolini hubiera probado estos macarrones, lo mismo recapacitaba
MADRID – En un nuevo giro culinario-político que haría retorcerse a Karl Marx de hambre y a Jorge Javier de emoción, el Colectivo Gastronómico Antifascista ha anunciado con gran pompa y bastante salsa su evento estrella del verano: la Macarronada Antifascista. La cita es el próximo sábado 2 de agosto en el Centro Social “La Cacerola Roja” de Madrid, donde cientos de resistentes de izquierdas, foodies militantes y fans de la pasta con tomate se reunirán bajo un solo grito: “¡No pasarán… sin probar nuestros macarrones!”
Hola a todes!! Os invito a esta antividad organizada por el Colectivo Gastronómico Antifascista Pasa un dia divertido con nosotres y come como un marques ! #MacarronadaAntifascista
Un menú con mensaje y sin pan
La organización promete un menú sencillo pero cargado de simbolismo: macarrones rojos, no solo por el tomate sino también por la ideología. Eso sí, con la advertencia revolucionaria de que el pan y la bebida se pagan aparte, porque la lucha no subvenciona carbohidratos innecesarios.
El precio, 19 euros + IVA, ha sido motivo de debate incluso entre los asistentes más comprometidos:
“Es un precio razonable por derrotar el fascismo, aunque sin pan ni agua se me atraganta un poco la revolución”, declaró Jorge, joven trotskista aficionado a los carbohidratos complejos.
“Yo vengo solo por la charla. Y porque he oído que los macarrones están hechos con tomates cosechados por veganos que militan en La PAH. Eso da puntos en mi Tinder político”, añadió Lucía, activista interseccional y crítica gastronómica del portal Sazón y Subversión.
Charlas, música y digestión ideológica
A las 14:00 h comenzará la jornada con una charla de 15 minutos titulada: “La pasta como resistencia popular en la Italia antifascista”. El ponente, un profesor jubilado de Historia del Arte con intolerancia al gluten y nostalgia por los Gramsci, asegura que los espaguetis fueron una “arma simbólica contra Mussolini”:
“Mientras los fascistas comían risotto en salones dorados, el pueblo hervía macarrones en clandestinidad, soñando con la caída del Duce y un sofrito digno.”
A continuación, se ofrecerá música combativa con versiones punk de canciones populares italianas como Bella Ciao, Funiculì Funiculà y Despacito (adaptada con letra contra el patriarcado y la OTAN). El brindis final se hará con vino ecológico del Bierzo embotellado por un grupo de enólogos libertarios.
Polémica en redes: “¿Revolución gourmet?”
Las redes sociales, como era de esperar, han estallado en comentarios y memes. Algunos críticos han acusado al colectivo de “gastroburgués” por el precio de la comida, mientras que otros aplauden la iniciativa por reinterpretar la lucha popular con salsa de tomate casera.
“Macarrones a 19 pavos sin pan es fascismo encubierto. ¿Dónde está la redistribución de los carbohidratos?”, escribió el usuario @LeninComíaGratis.
“La revolución no se fríe en aceite de trufa. Se fríe en la conciencia obrera”, sentenció @KropotkinKeto.
Desde el Colectivo Gastronómico Antifascista, sin embargo, insisten en que el precio es justo:
“Todo el dinero recaudado se destinará a mantener el horno del centro social y comprar cucharones antifascistas para futuras acciones”, aseguró su portavoz, una exokupa convertida en chef vegana de combate.
Sorpresas del menú: ¿macarrones al punto o revolución recocida?
La organización ha prometido sorpresas para quienes acudan vestidos de rojo o lleven camisetas con mensajes combativos tipo “Más Marx y menos Mercadona” o “No hay paz sin pesto”. Se rumorea que entre los asistentes estará una influencer del comunismo estético en TikTok, y quizás algún exconcejal de barrio que aún vive de las rentas emocionales de los 15-M.
También se sorteará un ejemplar original de “El Capital” relleno de recetas antifascistas (como los canelones colectivizados o la lasaña horizontal sin líderes), un delantal con el lema “Fuego a la olla, pero también al sistema”, y una suscripción a la newsletter gastronómica “Salsas para la lucha de clases”.
Conclusión: resistir es cocinar… si tienes 19 euros
En tiempos donde la protesta se hace por TikTok y la revolución se sirve sin pan, la Macarronada Antifascista demuestra que la izquierda radical aún sabe organizar eventos con ideología, mensaje… y una pizca de parmesano si te lo traes de casa.
Así que ya lo sabes: si quieres derrocar al sistema mientras comes macarrones, reserva tu sitio, lleva tus cubiertos (por si acaso) y no olvides repetir el mantra final de la jornada:
“¡Al que no le guste la pasta, que se la coma el fascismo!”