Los vengadores

Madrid volvió a ser el escenario de una escena surrealista que ni el mismísimo Stan Lee habría imaginado en sus ratos libres. La Policía Nacional, en una operación que combina el suspense de una película de Marvel con la burocracia de una comisaría de barrio, anunció ayer que logró identificar en plena Plaza de Callao a nueve supuestos miembros de los Vengadores.

Sí, han leído bien: los Vengadores. No se trata de una metáfora política ni de un grupo de performance artística. Hablamos de ciudadanos que, ataviados con disfraces de superhéroes, fueron interceptados mientras intentaban, según fuentes policiales, “proteger la democracia, el orden público y los descuentos del Primark” con una épica que haría sonrojar a cualquier cosplayer de salón del manga.


La llamada que lo cambió todo

Todo empezó con una llamada rutinaria al 091. Una voz nerviosa advirtió:
—“Agente, en Callao hay un tal Iron Man intentando regular el tráfico y un Capitán América que da charlas sobre civismo frente a la FNAC”.

Los agentes, convencidos de que sería otro episodio de botellón disfrazado, se toparon con la sorpresa: nueve figuras vestidas con armaduras, capas y escudos de plástico estaban congregadas en el centro de la plaza, entre turistas despistados y madrileños que ya daban por normal cualquier espectáculo a pie de Gran Vía.

Thor, con un martillo de gomaespuma adquirido en Aliexpress, trataba de invocar rayos sobre un semáforo en ámbar, mientras Black Widow repartía folletos con descuentos para clases de defensa personal.


La misión de los héroes

Según el atestado, los autodenominados Vengadores habían acudido a Callao con el objetivo de “defender a los ciudadanos de la amenaza intergaláctica del aburrimiento” y, de paso, “salvar el mundo del alza de los precios de la caña con tapa”.

Uno de ellos, disfrazado de Hulk, explicó entre rugidos y gestos teatrales que “el pueblo no aguanta más, ¡Hulk protesta, Hulk cabreado, Hulk quiere alquiler barato!”.

Capitán América, en un español con acento de Cuenca, blandía su escudo comprado en el rastro como si fuera la bandera de la resistencia contra los recortes culturales.

Por su parte, Iron Man, cuyo traje parecía más una caldera de gas que una armadura de alta tecnología, intentó justificarse:
—“Esto no es un disfraz, señora agente, es un exoesqueleto para defender los valores democráticos y, si me dejan, para cargar el móvil”.


El desconcierto de la policía

Los agentes presentes en la operación no sabían si detenerlos, pedirles un autógrafo o preguntarles si sabían qué ocurriría en la próxima película de Marvel.

Un testigo relató que el momento más tenso se produjo cuando Thor alzó su martillo hacia el cielo gritando:
—“¡Por Asgard, que se liberen los abonos transporte!”.

La policía, temiendo que intentara arrancar una farola para convertirla en arma, optó por escoltarlo pacíficamente hasta un banco de Callao, donde le ofrecieron una botella de agua y una charla motivacional sobre civismo.


¿Un ensayo general o un mitin encubierto?

Lo más curioso, según explicaron fuentes extraoficiales, es que el grupo de superhéroes no descartaba presentarse como candidatura independiente en las próximas elecciones municipales bajo el nombre de “Los Vengadores de Madrid”.

Su programa, adelantado de manera improvisada en la plaza, incluía propuestas tan llamativas como:

  • Abolir la zona SER para los vehículos de superhéroes.
  • Sustituir los antidisturbios por Groot (“Yo soy Groot” sería el único aviso de disolución).
  • Crear un ministerio de Villanos Integrados, para dar trabajo a todos los exmalos que buscan reinserción.
  • Obligar a que todos los plenos municipales empiecen con la banda sonora de Los Vengadores en Dolby Surround.

El público, lejos de escandalizarse, aplaudía y pedía selfies.


Las redes sociales, al rojo vivo

En cuestión de minutos, las imágenes se viralizaron en redes sociales. Twitter, TikTok e Instagram ardieron con memes y comentarios:

  • “En Callao ya no hay manifestantes, hay crossover”.
  • “El multiverso se abrió justo en Gran Vía, qué fantasía”.
  • “Espero que Thor no pida caña, porque con los precios de Madrid ni con rayos divinos lo paga”.

Incluso algunos influencers aprovecharon para improvisar transmisiones en directo, narrando lo sucedido como si se tratara de la batalla final de Endgame, pero con menos CGI y más olor a castañas asadas.


La versión oficial

Horas más tarde, la Policía emitió un comunicado breve y conciso:
—“Se ha procedido a la identificación de nueve personas disfrazadas de personajes de ficción que se encontraban en la Plaza de Callao causando expectación. No se produjeron incidentes graves. Los implicados fueron instados a abandonar el lugar pacíficamente”.

No obstante, el informe no especifica si Spiderman logró escapar trepando por la fachada de un cine ni si Doctor Strange abrió un portal directo al barrio de Lavapiés.


La dimensión política

Como era de esperar, la política no tardó en apropiarse del asunto. Un diputado de la oposición ironizó en el Congreso:
—“El Gobierno es incapaz de garantizar el orden en las calles, hasta que han tenido que intervenir los Vengadores”.

Desde el Ejecutivo, otro portavoz replicó:
—“España no necesita superhéroes. Ya tenemos al presidente, que todo lo resuelve con paciencia y diálogo”.

Mientras tanto, un concejal madrileño ya propuso declarar Callao como “zona libre de Thanos” para evitar más altercados cósmicos.


Los vecinos opinan

Los comerciantes de la zona también dieron su versión:

  • Una dependienta de una heladería confesó que Iron Man le pidió cambiar monedas de dos euros por billetes para el metro.
  • Un taxista aseguró que Hulk intentó pagarle el trayecto desde Sol con un billete del Monopoly.
  • Una anciana declaró que Spiderman le ayudó a cruzar el paso de cebra, pero se le enganchó la telaraña en el carrito de la compra.

“Yo prefiero esto a los manteros”, dijo otro vecino con una mezcla de alivio y desconcierto.


¿Y ahora qué?

El futuro de estos héroes improvisados es incierto. Algunos rumores apuntan a que planean reaparecer en la Puerta del Sol el próximo fin de semana, esta vez acompañados por otros refuerzos como Deadpool y un primo lejano de Batman que, aunque no pertenece a Marvel, ha prometido traer su propio Batmóvil tuneado con pegatinas de Uber.

También se comenta que Netflix ya ha contactado con ellos para grabar un documental titulado Los Vengadores de Callao: la batalla por el abono transporte.


Epílogo: el superhéroe que faltaba

La historia podría haber terminado ahí, pero un detalle ha llamado la atención: entre los identificados no se encontraba ningún representante de Ant-Man. Algunos testigos aseguran que estaba presente, pero “era demasiado pequeño para que la policía lo detectara”.

Otros, en cambio, afirman haberlo visto colarse en una cafetería cercana para robar azucarillos. La investigación sigue abierta.


Conclusión

La jornada de Callao ha dejado una enseñanza clara: Madrid ya no necesita esperar a estrenos de Marvel ni a visitas de estrellas internacionales. Basta con un grupo de ciudadanos con disfraces de poliéster, un poco de ingenio y muchas ganas de llamar la atención para convertir una tarde cualquiera en un espectáculo digno de Hollywood.

Eso sí, la gran pregunta que sigue en el aire es: ¿dónde estaba Thanos?

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