Madrid, 17 de marzo de 2025 – En un giro inesperado pero perfectamente coherente con su trayectoria de lucha anticapitalista, Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno de España y otrora líder de Podemos, ha decidido reinventarse como emprendedor rural. Fuentes cercanas al político confirman que ha abandonado definitivamente los platós de televisión y las tertulias incendiarias para dedicarse a la venta ambulante de garrafas de “aceite combativo de Marinaleda”, un producto que, según él, “lleva el sabor de la revolución directo a tu ensalada”.
El aceite, producido en la localidad sevillana de Marinaleda —famosa por su合作社utopía socialista—, se comercializa en garrafas de cinco litros con una etiqueta que muestra a Iglesias en pose heroica, con coleta al viento y un puño en alto, bajo el lema “Por cada gota, un golpe al sistema”. Según el propio Iglesias, este no es un simple aceite de oliva virgen extra: “Es un aceite militante, prensado con las manos curtidas de los jornaleros y embotellado con la rabia de los oprimidos. Además, tiene un toque picante que te despierta la conciencia de clase”.
El cambio de rumbo profesional de Iglesias ha sorprendido a propios y extraños, aunque algunos de sus excompañeros de partido aseguran que “era lo lógico”. “Después de dejar la política institucional, los podcasts y las columnas en prensa, solo le quedaba el autoempleo combativo”, explicó un antiguo miembro de Podemos que prefirió mantenerse en el anonimato mientras pedía un café con leche en un bar de Lavapiés.
La noticia ha generado reacciones dispares. Mientras algunos tuiteros aplauden la iniciativa como “el emprendimiento más coherente de la izquierda”, otros sospechan que se trata de una estrategia para financiar su próxima campaña electoral, esta vez bajo el eslogan “Con aceite y dignidad”. Por su parte, el PP ya ha anunciado que investigará si las garrafas cumplen con la normativa sanitaria, y Vox ha pedido directamente que se prohíba su venta por “incitación al colesterol subversivo”.
Iglesias, que ahora recorre los mercadillos de España en una furgoneta tuneada con altavoces que emiten la Internacional, asegura que no hay vuelta atrás. “El futuro no está en los despachos ni en los platós, está en las aceitunas trituradas por el pueblo. Y si me compráis una garrafa, os regalo un panfleto firmado”, afirmó mientras despachaba a una señora que solo quería saber si el aceite servía para freír croquetas.
El “aceite combativo de Marinaleda” ya está disponible por 19,90 euros la garrafa, aunque Iglesias advierte: “El precio puede subir si el IBEX 35 sigue conspirando contra nosotros”. Habrá que ver si este nuevo capítulo en la vida del exvicepresidente termina en un éxito de ventas o en una nueva polémica aliñada con extra de virgen.