Los salones de Ginebra cuentan con una acústica más adecuada para hablar de autodeterminación sin que se filtren gritos innecesarios de Pedro Sánchez
Ginebra, Suiza. En un giro inesperado, el expresidente catalán Carles Puigdemont ha anunciado la suspensión de todas las relaciones diplomáticas con el PSOE y ha exigido que cualquier futura negociación se lleve a cabo exclusivamente en Suiza. Según fuentes cercanas, Puigdemont estaría disgustado con las recientes conversaciones que se llevaron a cabo en territorio español, asegurando que “el nivel de las tapas que ofrecieron los socialistas no estaba a la altura de un acuerdo histórico”.
El líder de Junts ha justificado la elección de Suiza alegando que el país “garantiza neutralidad, discreción y un excelente chocolate caliente, ideal para las largas negociaciones invernales”. Además, insistió en que los salones de Ginebra cuentan con “una acústica más adecuada para hablar de autodeterminación sin que se filtren gritos innecesarios de Pedro Sánchez”.
Fuentes del PSOE han intentado mantener la calma. “Estamos valorando la propuesta”, declaró un portavoz del partido, aunque admitió que el presupuesto para billetes de tren a Suiza ya está generando tensiones internas. “No teníamos previsto añadir tantos gastos al capítulo de ‘relaciones imposibles’, pero haremos lo necesario para preservar la estabilidad”, agregó.
Puigdemont: “No negocio en aeropuertos”
Durante la conferencia de prensa, Puigdemont fue claro al señalar que no aceptará otro intento de organizar reuniones en aeropuertos internacionales. “No somos una serie de Netflix, y lo del ‘thriller político’ ya pasó de moda”, ironizó.
Por su parte, fuentes cercanas al expresidente reconocen que Puigdemont también habría rechazado una oferta previa del PSOE para reunirse en una cafetería en Bruselas, alegando que el ruido de las máquinas de café interfiere con su capacidad de mediar por Cataluña.
Sánchez se plantea enviar jamón ibérico de emergencia
Mientras tanto, Moncloa analiza opciones para desactivar la situación. Entre las medidas más comentadas se encuentra el envío de un jamón ibérico de bellota con mensaje conciliador incluido, estrategia que ya funcionó durante las negociaciones con algunos barones autonómicos.
Sin embargo, la jugada no ha sido bien recibida por el entorno independentista. “Esto es un insulto”, señaló un miembro de Junts, quien recordó que el jamón no figura en la dieta del líder exiliado. “Él es más de tofu y embutidos veganos, pero al PSOE parece que le cuesta entender la modernidad”.
El ultimátum de Puigdemont: “O Suiza o nada”
Para cerrar, Puigdemont dejó clara su postura: “Si quieren negociar, que vengan a Suiza. De paso, pueden traerse un reloj para aprender a ser puntuales con los compromisos”.
Por ahora, la relación entre ambas partes queda congelada, como el chocolate que Puigdemont ya tiene reservado para la próxima cumbre.