Torrepacheco

Tras una semana de eventos tan variopintos como inexplicables, el municipio murciano de Torrepacheco declara el estado permanente de surrealismo democrático.

Torrepacheco (Murcia) – Lo que empezó como una típica semana de verano en la comarca del Campo de Cartagena ha terminado en algo difícil de describir sin emplear emojis confusos, referencias a episodios de Black Mirror y un par de refranes mal traducidos al esperanto.

Desde el lunes, Torrepacheco ha sido escenario de una secuencia de acontecimientos tan insólitos que muchos vecinos han comenzado a sospechar que viven dentro de una simulación controlada por un guionista borracho.

Día 1: El gallo municipal da el pregón

Todo comenzó con el tradicional pregón de las fiestas locales, que este año, por causas que aún se investigan (y que probablemente incluyan una apuesta y varias litronas), fue pronunciado por un gallo llamado Don Plumas. El ave, propiedad del concejal de Festejos Alternativos, fue vestido con una banda de terciopelo y colocado sobre un atril mientras cacareaba desaforadamente ante una Plaza del Ayuntamiento llena de vecinos entregados al desconcierto.

El alcalde, lejos de disculparse, declaró con aplomo:

“Es un símbolo de la nueva política participativa: aquí ya no mandan las élites humanas, sino los seres con coraje. ¡Y huevos!”

Día 2: El desfile de tractores nudistas

El martes, lo que se suponía que iba a ser un desfile agrícola con maquinaria pesada acabó convirtiéndose en el primer PachecoNudeTractofest, una caravana de agricultores desnudos montados en tractores decorados con luces LED y altavoces a todo volumen reproduciendo reguetón épico.
El organizador, un agricultor influencer local conocido como El Pepino Desnudo, explicó:

“Queremos visibilizar el cuerpo rural. El campo también tiene curvas.”

Hubo siete desmayos, tres aplausos espontáneos y un anciano que gritó “¡Esto con Franco no pasaba!” antes de unirse voluntariamente al desfile con un sombrero de paja en la entrepierna.

Día 3: La invasión de los payasos silenciosos

El miércoles, en una iniciativa cultural organizada por la concejalía de Cultura Intermitente, aparecieron 113 payasos silenciosos por todo el municipio. No hablaban, no sonreían y simplemente señalaban el horizonte con tristeza.

Al principio se creyó que era una performance para concienciar sobre el cambio climático, pero al final resultó que eran participantes de un congreso de mimo internacional que se habían equivocado de destino al reservar Ryanair.

A pesar del malentendido, los vecinos los han adoptado como parte del paisaje y ya los llaman “Los Sentinelas del Vacío”.

Día 4: Referéndum exprés para independizarse de la lógica

El jueves se celebró un referéndum simbólico —organizado vía WhatsApp y carteles escritos a mano— para declarar a Torrepacheco “territorio libre de lógica occidental”.

Con un 98% de los votos a favor (y un 2% de abstenciones por estar en la siesta), se instauró oficialmente la “República Autónoma del Despropósito”, un régimen en el que las leyes se escriben con plastidecor, los debates se deciden con juegos de piedra-papel-tijera, y la autoridad moral recae en una cabra.

El portavoz del nuevo gobierno, que se hace llamar “Presidente Cósmico del Caos”, declaró:

“Torrepacheco será un faro de surrealismo en un mundo demasiado cuerdo. ¡Abajo la coherencia, viva el disparate!”

Día 5: Propuesta para entrar en Eurovisión… como país

El viernes, los concejales del nuevo microestado enviaron una carta manuscrita (en servilletas de bar) a la Unión Europea solicitando el ingreso inmediato en Eurovisión 2026. Su candidatura: una banda de punk-folclore llamada Los Hombres que Susurraban a las Sandías, cuyo repertorio incluye temas como “No me mires que me germino” y “Murcia es un sentimiento, Torrepacheco es un estado de ánimo”.

La Comisión Europea, de momento, ha archivado la solicitud bajo la categoría “cosas que leer un lunes con resaca”.


Reacciones nacionales: del desconcierto al interés turístico

Mientras tanto, el resto de España observa atónito y ligeramente fascinado. Twitter (X para los modernos) se ha llenado de mensajes como:

  • “Torrepacheco ha roto el juego. Estamos dentro de una partida de Sims sin supervisión.”
  • “¿Se puede pedir asilo cultural en la República del Despropósito?”
  • “¿Dónde se consigue una camiseta con Don Plumas presidente?”

Ya se han empezado a organizar excursiones desde Alicante, Albacete y más allá para “ver con sus propios ojos el epicentro del nuevo dadaísmo ibérico”.


Próximos pasos

Según fuentes internas de la república, los planes para la próxima semana incluyen:

  • Una carrera de burros telepáticos.
  • Una ordenanza para sustituir los impuestos por acertijos.
  • Y una gala benéfica de lucha libre filosófica entre Kant y Nietzsche representados por marionetas de trapo.

Mientras tanto, el resto de la Región de Murcia ha decidido mirar hacia otro lado y centrarse en lo suyo: resolver si el caldero se puede declarar Patrimonio Inmaterial de la Humanidad aunque nadie sepa ya cocinarlo sin pastillas de Avecrem.


Conclusión

Torrepacheco no ha cambiado. Simplemente ha decidido ser honesto consigo mismo y dejar de fingir que las cosas tienen que tener sentido.
En una época de incertidumbre y corrección política, se agradece que haya un rincón del sureste español que abrace el caos con una sonrisa, un gallo con banda presidencial y un tractor sin complejos.

Larga vida a la República del Despropósito.

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~ Atribuida a un anónimo lector del Diario ASDF, siglo XIV.

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