Victoria Martin

En un acontecimiento que ha sacudido los cimientos de la nación y probablemente del universo entero, Victoria Martín, la reina indiscutible del humor cañí, ha lanzado una granada de proporciones bíblicas en su último podcast: “Los señores de derechas no es que coman mejor el coño que los de izquierdas, es que parecen haber estudiado un doctorado en cunnilingus en una academia secreta de Suiza, mientras los progres están todavía buscando el clítoris con una linterna y el manifiesto comunista”. La frase, pronunciada con la solemnidad de quien revela el significado de la vida, ha desatado un tsunami de caos, risas y teorías conspiranoicas.

El PP ha reaccionado con una rueda de prensa de emergencia en la que un portavoz, con una bandera de España tatuada en el alma, ha declarado: “Siempre hemos sabido que el liberalismo nos da ventaja en el arte del placer. Es el libre mercado aplicado a la cama”. Vox, no queriendo quedarse atrás, ha ido más lejos y ha anunciado la creación de un “Batallón de Caballeros Traditional Lovers”, un grupo de élite que, según ellos, “defenderá las esencias patrias con lengua y honor”.

En el otro extremo, la izquierda ha entrado en pánico colectivo. Podemos ha convocado una asamblea urgente titulada “Por un sexo horizontal y no jerárquico”, mientras Yolanda Díaz, visiblemente desconcertada, ha tuiteado: “Compañeros, dejemos de discutir sobre técnicas y centrémonos en la lucha de clases… aunque igual un cursillo no nos vendría mal”. Por su parte, Errejón ha sido pillado en una librería comprando “El Kamasutra Progre: Edición Descolonizada”, lo que ha disparado las especulaciones.

La polémica ha traspasado fronteras. Donald Trump, desde Mar-a-Lago, ha comentado en Truth Social: “Los conservadores somos los mejores en TODO, incluido eso. ¡Los rojos no tienen ni idea! Sad!”. Mientras tanto, en X, los usuarios han elevado el disparate a niveles cósmicos: memes de señores con monóculo y puro asistiendo a “clases de perfeccionamiento oral” en Mansiones del Pecado S.A., frente a izquierdistas despistados intentando seducir con poemas de Lorca y una guitarra desafinada.

Científicos del CSIC han intervenido con un estudio exprés: “Hemos detectado que los de derechas emplean un 300% más de precisión milimétrica, posiblemente por su obsesión con el orden, mientras los de izquierdas priorizan el debate ético previo al acto”. Y en medio del caos, Victoria Martín, como una diosa del Olimpo, ha subido un vídeo a TikTok comiendo palomitas con un cartel que dice: “Seguid peleándoos, yo ya tengo tema para el próximo show”. España, una vez más, demuestra que puede convertir cualquier cosa en un circo de tres pistas, esta vez con un sabor particularmente subido de tono.

Guía por Diario ASDF

Desde Diario ASDF hemos consultado a Victoria Martin como experta en la materia y hemos elaborado una guía paso a paso para conocer la ideología política del que realice dicho acto sexual

Paso 1: Evalúa la entrada en escena

  • Derechas: Si llega con una actitud de “esto lo resuelvo en tres minutos como si fuera una OPA hostil”, estás ante un liberal de manual. Bonus points si lleva un reloj caro que no se quita ni en la intimidad.
  • Izquierdas: Si empieza con un discurso de 15 minutos sobre el consentimiento, el patriarcado y la necesidad de “descolonizar el placer”, claramente tienes a un progre delante. Si saca un cuaderno para tomar notas de feedback, es de Podemos seguro.

Paso 2: Observa la técnica

  • Derechas: Precisión quirúrgica, como si hubiera estudiado en una academia elitista de Suiza. Movimientos firmes, seguros y un aire de “esto es propiedad privada y lo gestiono yo”. Si parece que está aplicando un plan de negocio, es del PP o Vox.
  • Izquierdas: Experimental y dubitativo. Pausas frecuentes para preguntar “¿estás bien?” o “¿esto es suficientemente igualitario?”. Si parece perdido buscando el clítoris como quien busca la utopía socialista, es de izquierdas sin duda.

Paso 3: Analiza los accesorios

  • Derechas: Si hay un toque de ostentación (un perfume caro que grita “éxito” o una camisa perfectamente planchada aún en la cama), estás ante un conservador. Extra si murmura algo sobre “tradición” entre jadeos.
  • Izquierdas: Si lleva una camiseta con mensaje político o intenta meter un podcast de filosofía en el ambiente, es un izquierdista puro. Máxima alerta si hay velas de comercio justo o un libro de Judith Butler en la mesilla.

Paso 4: Escucha los comentarios post-acto

  • Derechas: “Ha sido eficiente, ¿verdad? Como el mercado”. Si presume de su “rendimiento óptimo” o te ofrece un análisis SWOT de la experiencia, vota a la derecha sin pestañear.
  • Izquierdas: “Espero que haya sido una experiencia colectiva satisfactoria”. Si te propone una asamblea para discutir cómo mejorar la próxima vez o menciona algo sobre “redistribuir el placer”, es de la izquierda más roja.

Paso 5: El factor decisivo – La actitud final

  • Derechas: Se levanta, se pone los calcetines hasta la rodilla y te da una palmadita en la espalda como diciendo “buen trabajo, equipo”. Si te ofrece un puro después, es de Vox 100%.
  • Izquierdas: Se queda mirando al techo reflexionando sobre si el acto fue lo suficientemente inclusivo. Si te pide firmar un manifiesto por el “orgasmo sostenible”, corre: es un eco-warrior de Sumar.

Conclusión:

Con esta guía, no necesitarás encuestas ni debates para saber a quién vota tu pareja de turno. Solo déjate llevar por las pistas que Victoria Martín nos ha regalado y conviértete en el Sherlock Holmes del sexo político. ¡Y si falla, siempre puedes culpar al bipartidismo por no darte más pistas claras! Ahora, a practicar… o a reírte intentando descifrarlo.

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~ Atribuida a un anónimo lector del Diario ASDF, siglo XIV.

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