En un hallazgo que hará temblar los cimientos de la civilización (o al menos de tu próxima cena familiar), el Instituto Superior de Verdades Masculinas (ISVM) ha publicado un estudio irrefutable que demuestra, con la precisión de un reloj suizo manejado por un cavernícola, que las mujeres son más estúpidas que los hombres. El titular del informe, “Cerebros rosas vs. Cerebros con olor a gasolina”, fue garabateado en una servilleta durante una partida de póker y ahora es la sensación científica del momento.
El líder del estudio, el doctor Brutus Testosteroni —un hombre con una barba tan densa que podría esconder un manual de física—, explicó que la investigación se llevó a cabo en condiciones rigurosas: dejaron a mujeres frente a un microondas con instrucciones en Comic Sans y a hombres frente a un control remoto con 47 botones innecesarios. “Las mujeres tardaron 3 minutos en calentar una sopa, mientras que los hombres cambiaron de canal, subieron el volumen y declararon la guerra a un país ficticio en 12 segundos. ¿Quién es el genio aquí?”, exclamó Brutus mientras golpeaba una mesa con un martillo de juguete.
Los datos también revelaron que las mujeres pierden neuronas cada vez que dicen “ay, qué lindo” frente a un gatito, mientras que los hombres generan nuevas conexiones cerebrales al gritar “¡GOOOOL!” aunque estén viendo repeticiones de un partido de 1994. El estudio añade que las mujeres son incapaces de entender conceptos complejos como “el offside” o “por qué el ketchup sabe mejor si lo golpeas primero”, lo que las descalifica automáticamente para la grandeza intelectual.
El equipo del ISVM, compuesto exclusivamente por hombres que usan calcetines con sandalias y creen que el ajo cura el Wi-Fi lento, descartó cualquier acusación de sesgo. “Somos científicos, no magos. Los números no mienten, aunque no los mostremos porque se nos perdió el Excel”, afirmó Brutus mientras encendía un puro con una antorcha.
La reacción pública ha sido un caos glorioso. En X, el hashtag #MujeresTontasPorCiencia compite con #HombresQueCreenQueCienciaEsGritarMásFuerte, aunque la mayoría de los tuits son memes de gatos con cara de confusión. Grupos feministas han intentado responder, pero, según el ISVM, “se distrajeron comprando velas aromáticas”. Mientras tanto, Brutus ya prepara su próximo estudio: “Por qué los hombres merecen dos heladeras, una para la cerveza y otra para más cerveza”. La ciencia, señoras y señores, nunca había sido tan varonil.