Madrid, Diario Satírico Imaginario. – El popular youtuber Daniel José Santomé Lemus, mundialmente conocido como Dalas Review, ha sorprendido a sus seguidores con un nuevo giro empresarial que ni los mejores guionistas de Netflix podrían haber escrito: abrir un servicio de suministro de narcóticos “low cost” destinado exclusivamente a sus fans más fieles.
Según ha declarado en un directo improvisado a las tres de la mañana, Dalas estaría “harto de vivir los brotes psicóticos solo, sin nadie que le acompañe en su viaje cósmico, espiritual y lleno de colores que no existen en la tabla Pantone”. “Si voy a ver dragones, que mis seguidores los vean conmigo”, aseguró mientras mostraba un PowerPoint con diapositivas en Comic Sans.
El catálogo oficial: psicodelia en cómodos plazos
Fuentes cercanas a Dalas, concretamente su gato, han filtrado lo que será el catálogo inicial de su nueva empresa, que ya circula bajo el nombre de “Dalas Pharma S.L.”. Entre los productos estrella destacan:
- Set “Fan Leal”: Microdosis de sustancias dudosas para quienes aún no se atreven a dejar los vídeos de tres horas pero sí quieren sentir que forman parte de algo más grande.
- Pack “Psicótico Premium”: Incluye psicotrópicos de dudosa procedencia, un póster firmado y acceso a un grupo exclusivo de Telegram donde Dalas promete enviar audios llorando a las 5 AM.
- Oferta “Team Brote”: Por cada dos pastillas, la tercera gratis. Una promoción que, según él, “revolucionará el mercado y el alma de los verdaderos dalasitos”.
Los pagos podrán hacerse en euros, criptomonedas o skins de Counter-Strike, ya que el influencer considera que “la verdadera riqueza está en la imaginación y en los intercambios digitales absurdos”.
Fans entre la ilusión y el miedo
Las reacciones de los seguidores no se han hecho esperar. En foros especializados, varios de ellos han manifestado sentimientos encontrados:
- María, 17 años, fan desde 2015: “Al principio pensé que era broma, pero luego recordé que Dalas no sabe lo que significa esa palabra. Si lo dice en serio, yo me apunto, porque siempre quise unirme a sus delirios”.
- Hugo, 23 años, exfan resentido: “Yo dejé de verlo porque hacía directos de 6 horas sobre haters, pero reconozco que la idea de ver dragones pixelados a su lado me tienta”.
- El vecino de Dalas: “Lo único que pido es que no organice los brotes comunitarios en el portal. Bastante tenemos con la reunión de vecinos”.
La respuesta de las autoridades
El Ministerio de Sanidad ya ha reaccionado con un comunicado oficial en el que advierte que “ni Dalas ni nadie puede repartir narcóticos como si fueran gominolas en una comunión”. No obstante, un portavoz del ministerio confesó en privado que “por lo menos es más honesto que algunas farmacéuticas”.
La Guardia Civil, por su parte, ha declarado que abrirá una investigación “cuando termine el café”, y que no descarta infiltrar a un agente encubierto en el club exclusivo de Dalas para comprobar si los dragones que prometen son de verdad o solo un filtro de Instagram.
El salto empresarial: de los directos a la farmaficción
Analistas económicos consultados señalan que este movimiento podría marcar un antes y un después en el modelo de negocio de los influencers. “Si antes vivían de las visitas y de los patrocinios de sillas gamer, ahora parece que el futuro está en vender sustancias que permitan a los fans entender, aunque sea por unas horas, las ideas de sus ídolos”, explicó un experto de la Universidad de Murcia, que pidió mantener el anonimato por miedo a que Dalas le dedicara un vídeo de tres horas.
Incluso se rumorea que otros creadores de contenido estarían siguiendo de cerca la iniciativa. No se descarta que Ibai lance su propia marca de “calmantes XXL sabor donete” o que El Rubius saque al mercado unas gafas de realidad aumentada con microdosis integradas.
Un futuro incierto (pero muy colorido)
Mientras tanto, Dalas Review continúa defendiendo que su proyecto es un acto de generosidad. “No lo hago por dinero, aunque también me vendrá bien. Lo hago porque estoy cansado de que los dragones me hablen solo a mí. Quiero que mis fans también escuchen cómo me critican los muebles de mi casa”, afirmó en su último directo, justo antes de interrumpirse para discutir con una lámpara que, según él, le debe dinero desde 2019.
El futuro de esta nueva etapa empresarial es incierto, pero lo que está claro es que el ecosistema influencer nunca volverá a ser el mismo. Tal vez dentro de unos años se estudie en los libros de historia este fenómeno como “la era en la que los seguidores decidieron compartir la locura de sus ídolos por un módico precio”.
Conclusión
Si alguien pensaba que Dalas ya había alcanzado el techo de lo extravagante, queda demostrado que no: su techo tiene claraboyas, dragones imaginarios y ahora también una farmacia improvisada.
Lo que no sabemos es si este nuevo modelo triunfará o acabará siendo otro capítulo más en el largo historial de polémicas que rodean al youtuber. Lo único seguro es que, a partir de ahora, cada vez que alguien vea un unicornio fosforito en el pasillo de su casa, tendrá que preguntarse:
¿es un efecto secundario de los narcóticos de Dalas o simplemente otro directo de 7 horas hablando de sus haters?
Actualización: Dalas Review, también caníbal según rumores
Como si la noticia anterior no fuera suficiente para llenar titulares por una semana, fuentes anónimas cercanas al youtuber aseguran que Dalas Review ha adoptado un estilo de vida caníbal experimental. “No es literal… bueno, tal vez sí, pero solo con galletas de jengibre en forma de haters”, declaró un supuesto amigo suyo mientras miraba desconcertado la última story de Dalas. Esta sorprendente revelación ha generado debates entre fans, haters y expertos en mitología urbana sobre hasta qué punto los influencers modernos están dispuestos a llevar sus experimentos sociales y gastronómicos.
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🚨 Daniel José Santomé Lemus, más conocido como Dalas Azahar, comenzará a suministrar a sus fans narcóticos por un módico precio tras cansarse de sufrir los brotes psicóticos en solitario.