En un giro inesperado que ha dejado a todo el pueblo de España más atónito que un toro en una vaquería de té, la legendaria vaquilla del programa de televisión “Grand Prix” ha decidido tomar medidas legales contra la algo conocida youtuber Lalachús. Según fuentes cercanas al caso, la vaquilla, ahora jubilada y viviendo una vida tranquila en un prado de ensueño, ha decidido que ya es hora de poner fin a la polémica generada por, en palabras de la demandante: “una señora que le cae gorda”.
La querella, presentada en un juzgado que, por alguna razón, aceptó el caso, alega que Lalachús ha utilizado la imagen de la vaquilla con fines claramente vejatorios. “No solo me ha puesto en una situación ridícula, sino que ahora debo aguantar a los pesados de los abogados cristianos por su culpa”, declaró la vaquilla a través de su abogado, un burro muy elegante.
Lalachús, conocida por no tener gracia, presentar las campanadas y liarla con la estampita de la demandante, se defendió alegando que “la vaquilla es un ícono cultural y, como tal, pertenece al dominio público. Además, ¿qué va a hacer? ¿Demandarme con sus pezuñas?” Sin embargo, el equipo legal de la vaquilla argumenta que los derechos de imagen se aplican incluso a las estrellas del pasto.
Los abogados de la vaquilla están pidiendo una compensación económica por daños y perjuicios, así como una disculpa pública en la que Lalachús debe reconocer que la vaquilla es más que un simple meme, es una figura respetable con una larga y distinguida carrera en el entretenimiento rural. Además solicita una declaración jurada de la denunciada, Lalachús, de que no la devorará.
La comunidad de internet se ha dividido: mientras algunos apoyan a la vaquilla en su lucha por la dignidad, otros piensan que esto es simplemente una broma que se ha ido demasiado lejos. “Si la vaquilla gana, ¿qué será lo próximo? ¿Un cerdo demandando por ser el protagonista de un asado?”, se pregunta Aitor Tilla, reconocido chef de carnes.
El juicio promete ser uno de los eventos más esperados del año, solo por detrás de la siesta nacional y la apertura de la temporada de rebajas. Mientras tanto, Lalachús sigue sin hacer gracia, ajena al revuelo que ha causado, demostrando una vez más que la verdadera sabiduría se encuentra en decir ordinarieces mientras el mundo se vuelve loco a tu alrededor.