En un giro de los acontecimientos que nadie vio venir, los andaluces hemos decidido que ya estamos hasta el gorro de dos figuras que creíamos que exportábamos para no sufrir: María Jesús Montero y la Cruzcampo. Sí, amigos, parece que el espíritu crítico andaluz ha despertado de la siesta de muy mala hostia.
Primero, María Jesús Montero. La ministra de Hacienda que, con cada presupuesto, nos hace sentir como si estuviéramos en una partida de Monopoly donde siempre nos toca la casilla de “Impuesto de Lujo”. ¿Recuerdan cuando pensábamos que la declaración de la renta era un juego? Pues ahora se ha convertido en una pesadilla de la que solo despertamos para ver subir los impuestos. Y eso que decíamos que en Andalucía ya estábamos acostumbrados a “sacar el dinero de donde no lo hay”.
Y luego está la Cruzcampo. La cerveza que durante generaciones nos ha acompañado en ferias, romerías y barbacoas familiares. Pero, ¿qué pasó? ¡QUÉ OS LA METIMOS DOBLADA! ¿A quién iba a gustarle ese brebaje infernal que sólo el más borracho con paladar insensibilizado podría tomar a falta de alcohol del botiquín? Exactamente amigos, teníamos que convenceros de que era cerveza de calidad, con alma y duende andaluz. (honestamente, nadie sabe qué es en realidad).
Andalucía tenía un pacto secreto, no verbal con el estado por el que os mandábamos esas dos aberraciones del infierno y vosotros nos enfrentáis a los catalanes, pero los acuerdos están para cumplirlos y no podéis devolverlas.
El hartazgo ha sido tal que incluso se han organizado manifestaciones humorísticas por toda Andalucía con pancartas que rezan “¡Basta ya de Montero y Cruzcampo!”. Los memes han inundado las redes sociales, donde se ven a los andaluces poniendo cara de circunstancias, simbolizando el agotamiento ante estas dos amenazas para la vida en Andalucía. Los hashtags #QueFriegueLaMonteroMadridConCruzcampo y #ConMonteroYEsaCervezaAndalucíaPierdeLaCabeza han sido TT mundiales en menos de 15 minutos.
Así que, mientras María Jesús Montero sigue haciendo malabares con las cuentas públicas y Cruzcampo intenta recuperar su trono con campañas de “vuelta al sabor original”, nosotros, los andaluces, exigimos que el resto de España cumpla su parte del trato y se saque lo peor de nuestras tierras salerosas para siempre, nosotros ya hemos sufrido bastante al PSOE y esa agua de fregar de Atapuerca. Ahora os toca a vosotros o sufriréis algo aún peor que los andaluces custodiamos para la defensa del sur… Creedme, no mandéis a la Chiqui Montero y revisamos lo de la Cruzcampo.