El Reino Unido, listo para un cambio sin roedores: Tate promete una política sin ardillas
En una sorprendente y absolutamente inesperada decisión, Andrew Tate ha decidido lanzar su candidatura a las elecciones en el Reino Unido, pero con una condición peculiar: sin ardillas. Sí, amigos, habéis leído bien. El controvertido exluchador de kickboxing, ahora convertido en gurú de la “masculinidad” en línea, ha fundado el partido BRUV (The Britain Restoring Underlying Values party), que promete devolver al Reino Unido a unos “valores subyacentes” que solo él parece entender.
Tate, conocido por sus opiniones tan profundas como un charco, ha declarado que su partido es “la solución que el Reino Unido no sabía que necesitaba”. Pero, ¿dónde encaja la ausencia de ardillas en todo esto? Según el propio Tate, “las ardillas son una distracción. Estamos aquí para restaurar la verdadera esencia de lo británico, no para andar persiguiendo roedores”.
La analogía con el partido “Se Acabó la Fiesta” de Alvise Pérez en España es inevitable. Al igual que Pérez, cuya “fiesta” se acabó antes de empezar, Tate parece querer llevar su propio espectáculo a Westminster. Ambos personajes parecen compartir una pasión por el drama y la teatralidad política, aunque Tate prefiere mantener su escenario libre de pequeños mamíferos peludos.
“Los británicos están hartos de la política tradicional, quieren algo nuevo, algo fresco… algo sin ardillas”, comentó Tate mientras posaba con su característico puro, probablemente preguntándose cómo se escribe “ardilla” en Twitter para que no lo censuren.
El manifiesto de BRUV, si es que se puede llamar así a una recopilación de tweets y vídeos de Tate, promete devolver al país a una era dorada donde, presumiblemente, las ardillas no tenían cabida en la política. ¿Cómo se traducirá esto en políticas concretas? Nadie lo sabe, pero seguro que será entretenido verlo intentar.
En definitiva, si pensabas que la política británica no podía volverse más absurda, Andrew Tate está aquí para demostrarte que siempre hay espacio para un poco más de surrealismo. Así que, ciudadanos británicos, prepárense para un Reino Unido sin ardillas, pero con toda la controversia y el espectáculo que solo Tate puede ofrecer.