Madrid, 26 de febrero de 2025 – Una tormenta de caos absurdo ha estallado en las redes sociales después de que cientos de usuarios afirmaran haber sido contactados por el periodista Antonio Maestre a través de mensajes privados enviados desde una paloma mensajera digital. Según los testimonios, Maestre les exige, bajo amenaza de juicio intergaláctico, que dejen de publicar vídeos en los que aparece transformado en un flamenco con bigote que recita el manifiesto comunista mientras monta un unicornio inflable en una piscina de gazpacho.
El escándalo explotó cuando @ChorizoVolador69 subió un clip titulado “Antonio Maestre vs. La Dictadura del WiFi”, donde el periodista, encarnado como un flamenco con gafas de sol, lanza plumas electrificadas a un router mientras grita: “¡Esto es por el proletariado y mi tarifa de datos!”. El vídeo se viralizó hasta tal punto que, en cuestión de horas, surgieron remixes con Maestre bailando flamenco en la Luna, predicando sobre el IVA en un dialecto inventado de erizos parlantes y liderando una invasión de alpacas filósofas contra la sede de un operador de telefonía.
“Me llegó un mensaje rarísimo”, cuenta @PepinoMutanteX, aún temblando. “Era una paloma holográfica que hablaba con la voz de Maestre y me decía que si no borraba el vídeo de él surfeando en una tortilla gigante, me iba a demandar ante el Tribunal Supremo de las Nubes. Luego la paloma explotó en purpurina”. Otros afectados aseguran haber recibido amenazas como “tengo un equipo de abogados que saben tejer bufandas telepáticas” o “os voy a juzgar en un reality show presentado por un calamar con doctorado”.
Maestre no ha comentado oficialmente, pero un vecino asegura haberlo visto salir de su casa disfrazado de flamenco con un maletín lleno de zanahorias y un megáfono. En paralelo, las redes arden con el hashtag #FlamencoMaestreEnElGazpacho, y algunos usuarios juran que sus tostadoras han empezado a emitir discursos improvisados del periodista en Morse. La Guardia Civil ha desplegado un equipo especial de criptozoólogos para investigar, mientras un portavoz confesó: “No sabemos si esto es un caso penal o el guion de una película dirigida por un pulpo con demasiada imaginación”.
En las calles, la locura crece: hay quien propone erigir un monumento a Maestre como flamenco emperador, y otros aseguran haber visto unicornios inflables flotando sobre el Manzanares. El desenlace, como todo en esta historia, parece suspendido en un limbo de absurdo cósmico.
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